Días más largos, mayor temperatura… ¿por qué nos afecta tanto la llegada de la primavera?

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Coloquialmente conocida como la “estación del amor” o por el refrán “la sangre altera”, el inicio de la estación primaveral nos hace estar más contentos, nos sentimos más positivos y con más energía. Contamos con más horas de sol, los días se alargan, y todo ello conlleva que estemos más tiempo al aire libre. A primera vista parece que todo son aspectos positivos, pero esta estación también muestra su otra cara. Especialmente cuando hablamos del incremento de las alergias y el incómodo, aunque necesario, polen, del aumento de la fatiga con la llegada del calor o del efecto conocido como astenia primaveral, que sufrimos todos de una forma u otra.

Pero, aunque conocemos sus consecuencias, aún existen varios interrogantes sin respuesta para la mayoría… ¿Es cierto que la primavera nos afecta de manera sustancial? ¿Sabemos cuidarnos y prepararnos para el inicio de esta estación? ¿Cómo podemos combatir los síntomas? Estas causas y otras recomendaciones las resuelve el Dr. Ferran L. Tognetta, responsable de comunicación asistencial de la Dirección General de Salud de DKV Seguros.

¿Cómo nos afecta la estación del florecimiento?

Cada vez más las personas viven en ciudades grandes en que el espacio, los objetos son artificiales y además, los modernos sistemas de iluminación, calefacción y refrigeración nos crean un clima y horarios a voluntad. Pero por debajo de esta apariencia, el cuerpo humano sigue perteneciendo a los ritmos de la Naturaleza.

Es así que en la explosión de vida que significa la primavera en la naturaleza, también surge en el cuerpo humano pues es parte de ella.  Y ¿cómo se manifiesta? Algunas personas expresan la llamada “euforia primaveral” que se produce cuando, con el aumento de luz y de temperatura, nuestro cuerpo reacciona mediante ajustes del metabolismo con cierta hiperactividad. Todo ello influye en nuestro estado de ánimo y hace que nos sintamos como si estuviéramos más felices y desinhibidos

Por otro lado, encontramos como faceta más negativa esos efectos englobados bajo el concepto astenia primaveral. Ésta es considerada un trastorno adaptativo y se debe básicamente a la coincidencia de una serie de factores ambientales que transcurren en primavera. La astenia haría que una parte de la población presente algunos de estos síntomas: cansancio y somnolencia durante el día, fatiga, irritabilidad, pérdidas del apetito, disminución de la lívido durante la fase de adaptación o pérdida del cabello.

¿Repercute el cambio de hora en nuestra rutina?

Por otra parte, el calendario en algunos países impone un cambio de hora varios días después del inicio de la primavera y permite disfrutar de unas más de horas de luz solar. Pero también dormiremos una hora menos al cambiar al ritmo nocturno, lo que producirá un desajuste entre los ritmos internos y los ambientales. Algunas personas sufren pequeñas alteraciones, que son comunes durante la estación y que se superan en un corto periodo de tiempo, normalmente de entre tres y siete días.

 

¿Es posible combatir la astenia primaveral?

No existe un tratamiento específico contra los síntomas de la astenia primaveral, aunque sí una serie de medidas que se pueden llevar a cabo para adaptarnos en un menor periodo de tiempo. El ejercicio físico ayudará a adaptar los ritmos del cuerpo y liberar estrés y, por tanto, a la conciliación del sueño. Otro aspecto que mejorará la transición de estación es llevar una dieta saludable, comiendo fruta y verdura fresca y disminuyendo la ingesta de alimentos hipercalóricos. La hidratación siempre es muy importante, pero especialmente durante las estaciones más cálidas. Por último, no es aconsejable suplementar la dieta si ya es saludable.

 

Consejos para proteger la piel en primavera

Con el fin del invierno nuestra piel se queda más seca, la ropa la deja al descubierto y debe volver a acostumbrarse a los días largos y las temperaturas altas. La llegada del buen tiempo invita a exponernos al sol, y aunque la intensidad sea ahora menor que en verano, no hay que olvidar su cuidado. Es beneficioso para la piel usar protección solar en los casos de exposiciones al sol prolongada o pieles delicadas. Aunque no es verano, los que desean broncearse por motivo estéticos deben ser cuidadosos y hacerlo paulatinamente y dejarle un proceso de adaptación a la exposición al sol.